In order to live

"Los norcoreanos tienen dos historias en la cabeza al mismo tiempo, como trenes que van por vías paralelas. Una es lo que te enseñan a creer; la otra es lo que puedes ver con tus propios ojos."
Ficha técnica
- Título original: In order to live (inglés, EE.UU.)
- Título en castellano: Escapar para vivir
- Autora: Yeonmi Park
- Fecha de publicación: 2015
SINOPSIS: Yeonmi Park comparte la historia de su huida de Corea del Norte en esta impresionante memoria. Un libro sobre la resiliencia del espíritu humano y el extraordinario poder del amor para vencer los horrores más espantosos y las circunstancias más desesperadas.
North Koreans have two stories running in their heads at all time, like trains on parallel tracks. One is what you are taught to believe; the other is what you see with your own eyes.
 
Si fuera una novela estaríamos ante una distopía, un lugar indeseable por lo crudo de su sociedad. Un 1984, una naranja mecánica, un Fahrenheit 451, un juegos del hambre para los más modernos. Pero, desafortunadamente, esto ni es una novela ni es una distopía: son las memorias de una joven que decidió huir de una sociedad insufrible existente, cuya península se encuentra en el paralelo 38, línea divisoria durante mucho tiempo del norte y el sur. Apuntamos arriba: Corea del Norte.
Ya es bien sabido que éste es un país hermético, al que no muchos turistas acceden, supongo que tanto por sus restricciones burocráticas como por la visión parcial que acabarán llevándose del país. ¿O tal vez por la incómoda sensación de estar vigilado por un guía en todo momento? Paro, porque hablo desde la ignorancia, ya que no he estado. Y después de leer esto... no está en mi lista de deseos.
[...] when my mother sent me off to school she never said: "Have a good day," or even, "Watch out for strangers." What she always said was, "Take care of your mouth."
[...] Cuando mi madre me mandaba al colegio nunca me decía: "Que tengas un buen día", ni siquiera, "Ten cuidado con los estraños." Lo que siempre me decía era: "Cuida tu boca"
Yeonmi nació en el 1993 en un pequeño pueblo a orillas del Yalu, el río que sirve de frontera entre Corea del Norte y China. Yeonmi siempre tuvo una infancia humilde, sin decoros y poco podía hacer porque ese era su destino. No había tenido la suerte de nacer en la casta adecuada. ¡Qué se le va a hacer! Aun así Yeonmi disfrutó los primeros años de su infancia junto con su hermana: jugaban en la calle, se deslizaban en trineo, se bañaban en el río... No duró mucho sin embargo, porque del 95 al 98 el país se vio azotado por la hambruna y su familia por el contrabando y el gobierno. Todas estas circunstancias que en tan pocas palabras resumo aquí la llevaron a tomar la decisión de huir, con 13 años y con el apéndice recién extirpado. Siguiendo los pasos de su hermana, de la mano de su madre, pero sin dejar ni siquiera un mensaje a su padre. Y así, con lo puesto, se propuso llegar a China.
En China esperaba encontrar las comidas deliciosas que olía desde la otra parte del río y las luces tintineantes de las que carecía su ciudad natal. Se encontró sin embargo con otra realidad: la inmigración ilegal, el tráfico humano, la degradación, el abuso, la desesperación. Y finalmente, harta de subir montañas y cruzar desiertos, decidió adentrase en el Gobi, porque el que no tiene vida no tiene nada que perder, hasta llegar a Mongolia, su salvoconducto para Corea del Sur.
Esta memoria está llena de relatos desgarradores, de los que te hacen llorar: llorar de vergüenza. Te hace preguntarte qué nos lleva a ser tan crueles y despiadados los unos con los otros. Qué tiene el poder y el dinero para que vendamos hasta el alma. Y asusta. Asusta saber que somos de la misma especie, que probablemente todos tengamos esa línea tan frágil que de ser traspasada nos convierta en seres despiadados.
Los sentimientos y las emociones no son lineales, sinos llenos de altibajos cual montaña rusa, de contradicciones: huir y añorar el mismo sitio, odiar y apreciar a la misma persona, comer a cualquier precio o morir de hambre sola. Finalmente, Yeonmi llega a descubrir ese mundo en el que tanto deseaba habitar y en el que se encuentra frente a frente con nuevas palabras como libertad y amor, con la libertad de expresión, el pensamiento crítico. Sin embargo el paraíso también se encuentra calado de decepciones: no hay intimidad, conexión, apreciación, solidaridad.
I never knew freedom could be such a cruel and difficult thing. Until now, I had aways thought that being free meant being able to wear jeans and watch whatever movies I wanted without worrying about being arrested. Now I realised that I had to think all the time. There were times were I wondered whether, if it wasn't for the constant hunger, I would be better off in North Korea, where all my thinking and all my choices were taken care of me".
"Nunca pensé que la libertad fuera algo tan cruel y difícil. Hasta ahora, siempre había pensado que ser libre era poder llevar vaqueros o ver las películas que quisiera sin ser arrestada. Entonces me di cuenta de que tenía que pensar todo el tiempo. Había veces en las cuales me preguntaba si, si no fuera por el hambre constante, no estaría mejor en Corea del Norte, donde mis pensamientos y elecciones eran tomados por el estado".
En Corea del Sur, por primera vez, Yeonmi se permite hablar de su infancia, del hambre, de la adoración ciega a su líder y dios. Sin embargo, reprime a toda costa su paso por China. Quién sabe si porque es demasiado doloroso decirlo en alto, si se trata de vergüenza, o incluso de sentimiento de culpa, no sólo por haberse condenado ella misma, sino por haber arrastrado a su madre. Yeonmi tiene la firme creencia de ser una chica afortunada. Supongo que se considera así por haber sobrevivido al infierno. Pero yo a eso no lo llamo suerte, lo llamo valentía, coraje, fuerza, superación. Y lo demuestra otra vez en sus memorias, que no son tan sólo recuerdos sino una denuncia de una situación actual.
I understand that sometimes the only way we can survive our own memories is to shape them into a story that makes sense out of events that seem inexplicable.
"Entiendo que a veces la única manera de sobrevivir a nuestros propios recuerdos es darles forma en una historia que tenga sentido, a partir de eventos que parecen inexplicables".
La narración es impecable. Simple, directa, para (casi) todos los públicos. Relata los hechos sin adentrarse en detalles escabrosos y repulsivos. Ya tenemos suficiente imaginación, no necesitan ser leídos. Y viene con un final, si no feliz, al menos es reparador.
Yeonmi tiene ahora 24 años pero una historia a las espaldas que le debe de pesar como si fueran 100 o quizá 1000. Sin embargo ese era su destino, sin su pasado no se hubiera convertido en la persona que es hoy: defensora de los derechos humanos en Corea del Norte y de las víctimas del tráfico humano. El mundo la necesitaba, a ella y a su historia.
I am most grateful for two things: that I was born in North Korea, and that I escaped from North Korea. Both of these events shapes me, and I would not trade them for an ordinary and peaceful life.
"Estoy profundamente agradecida por dos cosas: de haber nacido en Corea del Norte y de haber escapado de Corea del Norte. Estos dos eventos me definen y no los cambiaría por una vida ordinaria y de paz".