Pride and prejudice

- Título original: Pride and
prejudice (inglés)
- Título en castellano: Orgullo y prejuicio
- Autora: Jane Austen
- Fecha de publicación: 1813
SINOPSIS: Con la llegada del rico y apuesto Mr. Darcy a su región, las vidas de los Bennet y sus cinco hijas se vuelven del revés. El orgullo y la distancia social, la astucia y la hipocresía, los malentendidos y los juicios apresurados abocan a sus personajes al escándalo y al dolor, pero también a la comprensión, el conocimiento y el amor verdadero. Satírica, antirromántica, profunda y mordaz a un tiempo, la obra de Jane Austen nace de la observación de la vida doméstica y de un profundo conocimiento de la condición humana.
It is a truth universally acknowledged, that a single man in possession of a good fortune, must be in want for a wife.
"Es una verdad universal, que un hombre soltero poseedor de una gran fortuna, necesita una esposa".
204 años han pasado desde la publicación anónima de esta archiconocida frase. ¿Anónima? Sí, anónima. Porque ya es bien sabido que hace doscientos años las mujeres decentes - léase esto con la misma ironía que utiliza Austen al abrir su novela - no se dedicaban a eso de escribir historias. De acuerdo con eso, la familia Austen dijo a su hija pródiga: Muy bien, publica, pero a ver cómo te las apañas, que aquí los Austen no queremos ser la comidilla del pueblo. Así que Jane decidió darle un toque de misterio a su autoría y finalizó firmando como "La Dama". Eso, y vender sus derechos por ciento y poco libras, lo cual no me consta, pero me juego el cuello a que fue un acto repleto de arrepentimiento y remordimientos. Poco duró la incógnita, sin embargo. La novela triunfó y entonces nada le importó a la familia que se supiera, con nombre y apellidos, quién era la exitosa novelista. Orgullo y prejuicio.
En esos ámbitos se mueve Lizzy, la protagonista de este clásico. Ella, es la segunda de una familia de cinco hermanas, con una matriarca de lengua viperina y un progenitor de dialéctica ingeniosa: los Bennet.
Todo comienza cuando el señor Bingley, multimillonario apuesto y soltero, se muda a la campaña inglesa, de familias más modestas, dando paso a un frenesí de relaciones aventuradas y desaventuradas que se van fraguando a fuego lento entre fiestas, bailes, idas y venidas. En cuanto este personaje y su cuadrilla ponen pie en el barrio, la maquinaria de la Señora Bennet comienza a funcionar. Y es que tiene labor... ¡cinco hijas y ninguna casada!
A partir de este hecho los personajes, tan diversos entre sí, se empiezan a desarrollar. Austen abre un amplio abanico de posibilidades frente al lector: existen personajes tiernos, bellos, inocentes, tontos, malvados, prepotentes, descarados, rebeldes, honrados, tímidos, envidiosos, sarcásticos. Para todos los gustos. Además les hay primarios, secundarios y hasta terciarios, pero ninguno de ellos queda al descuido, todos se manifiestan y entrelazan para dar forma a la historia y desarrollar el objetivo de la autora: reflejo y crítica social, reivindicación feminista, orgullo y prejuicio.
El reflejo social y la reivindicación feminista van dados de la mano. La autora nos sitúa sin muchos rodeos en el día a día de una época donde la preocupación principal de la mujer casamentera es conseguir marido y la de la mujer madura es casar a sus hijas. Esto va ligado a la falta de derechos de entonces, como por ejemplo la pérdida de ciertos privilegios a la muerte del progenitor - como se menciona en el propio libro -, más especialmente en una familia donde los varones brillan por su ausencia. Con este panorama la Señora Bennet no se puede centrar en otra cosa y con sus artimañas y delirios se convertirá en uno de los personajes más insoportables.
La voz feminista la pone Lizzy, la rebelde de la familia, amante de los libros, despreocupada por encontrar marido, independiente y con voz propia y clara, dispuesta a callar a unos y a otros de manera tan directa como sutil. Lizzy es opuesta a todas sus hermanas: desde la hermosa e inocente Jane que suspira por amor, hasta la engreída Lydia cuya aspiración es casarse con un general.
"I am astonished," said Miss Bingley, "that my father should have left so small a collection of books. What a delightful library you have at Pemberley, Mr. Darcy!"
"It ought to be good," he replied, "it has been the work of many generations."
"And then you have added so much to it yourself, you are always buying books."
"I cannot comprehend the neglect of a family library in such days as these".
"Estoy muy asombrada," dijo Miss Bingley, "de que mi padre haya dejado una colección de libros tan pequeña. ¡Qué biblioteca tan maravillosa tiene usted en Pemberley, Mr. Darcy."
"Tiene que ser buena," respondió, "ha sido el trabajo de muchas generaciones."
"Y también ha añadido otros tantos usted, siempre está comprando libros."
"No puedo entender la neglicencia de una biblioteca familiar en los tiempos que corren."
El orgullo y prejuicio van de la mano de los protagonistas y hacen que esta novela carezca de fecha de caducidad. Porque sí, eran otros tiempos, pero no hemos cambiado tanto. Creo que ésta es la razón por la que ha pasado de ser una novela de entre tantas a ser un clásico. Los sentimientos, las emociones, los caracteres, el papel que se espera de la mujer... no cambian con el paso de los años.
I never saw a more promising inclination [...] At his own ball he offended two or three young ladies, by not asking them to dance; and I spoke to him twice myself, without receiving an answer. Could there be finer symptoms? Is not general incivility the very esence of love?
Nunca vi una predisposición tan prometedora. [...] En su propio baile ofendió a dos o tres muchachas, a las que no invitó a bailar; y yo misma me dirigí un par de veces a él, sin recivir respuesta. ¿Podría haber síntomas más evidentes? ¿No es la descortesía general la verdadera esencia del amor?
Respecto a la narrativa debo apuntar algo muy positivo y algo más negativo. Empecemos por lo segundo: la inmensa repetición de vocablos. No sé si esto pasa en la versión en castellano (idioma del que presumo tenemos bastante más riqueza) y se deba a la rigidez que a veces tiene el inglés. Que sí, son muy prácticos pero esa simplicidad le hace un flaco favor a la literatura. He buscado y rebuscado en mi libro electrónico básico la manera de contabilizar las veces que aparece una palabra en la lectura. Sin resultados. Pero juro que hay tres palabras que al menos salen una vez por página, a veces dos e incluso tres. No es la primera vez que me pasa esto leyendo en inglés y es por eso que lo achaco al idioma más que al autor. Aunque creo que con algo de imaginación se pueden decir las cosas de otra manera.
Los puntos más positivos de la narración son los diálogos, frecuentemente llenos de sarcasmo, ironía y humor. Para que luego digan que los ingleses no tienen gracia. Especialmente hay que destacar los del padre, el señor Bennet, un hombre que queda un poco en la sombra, y que no interviene mucho, pero cuando lo hace es a golpe de humor. También me gusta la dialéctica de Lizzy, que puede poner de vuelta y media a cualquiera sin que se entere. Sí, sin duda los diálogos son lo mejor. Pero también es un punto favorable que, aunque articulado en una historia de amor (incluso más de una), la autora prescinda del exceso de romanticismo y las florituras y se decante más por un estilo directo y conciso con un lenguaje fácil y claro que derrumba el mito aquel de que los clásicos son ilegibles.
"No officer is ever to enter into my house again, nor even to pass through the village. Balls will be absolutely prohibited, unless you stand up with one of your sisters. And you are never to stir out of doors till you can prove that you have spent ten minutes of every day in a rational manner."
Kitty, who took all these threats in a serious light, began to cry.
"Well, well," said Mr. Bennet, "do not make yourself unhappy. If you are a good girl for the next ten years, I will take you to a review at the end of them."
Kitty, que se tomó estas amenazas en serio, empezó a llorar.
"Bueno, bueno," dijo el señor Bennet, "no seas desdichada. Si te portas bien durante los próximos diez años, revisaré estos puntos."
Animo a leerlo. Saca varias sonrisas y es casi imposible no sentirse identificado, sino con alguno de los personajes, al menos con las situaciones. De hecho yo me he quedado con las ganas de volver a leerlo en castellano y quitarme la espinita de si aquello de la repetición es cosa del lenguaje o paranoia personal...