We need to talk about Kevin

Ficha técnica
- Título original: We need to talk about Kevin
- Idioma original: inglés
- Título en castellano: Tenemos que hablar de Kevin
- Autora: Lionel Shriver
- Fecha de publicación: 2003
SINOPSIS: Eva nunca quiso ser madre y menos la madre de un niño con el que es incapaz de establecer un lazo maternal y que ha matado a siete de sus compañeros de instituto. Ahora, dos años más tarde de la tragedia, es hora de poner en orden su matrimonio, su carrera, su familia, su maternidad y el comportamiento violento de Kevin en una serie de cartas que dirige a su marido ausente, Franklyn. Incómoda con los sacrificios y la degradación social sobre la maternidad, Eva teme que la fría relación con su hijo sea la responsable de que todo se haya ido de las manos.
Este argumento lleva la novela de Lionel Shriver en la cual nos habla de todo un poco. El lector se adentra en la historia a través de una serie de cartas que Eva escribe a su marido en donde trata varios temas pero que giran en torno a la masacre que su hijo ha cometido y a la eterna pregunta: por qué.
Eva comienza a relatar la historia de su hijo desde el principio: es una empresaria que ama su vida y su trabajo. Dirige una empresa de guías turísticas y, aunque vive en Estados Unidos, su vida está organizada en torno a los viajes por el mundo que hace constantemente. Empujada por el deseo de su marido Franklyn de ser padre - pero sin estar segura de ello - se embarca en la maternidad. Este es el uno de los temas que toca y que aún - ahora más que nunca - sigue siendo controvertido. Una vez embarazada, Eva se convierte en la portadora del bebé de Franklyn y se ve arrastrada a renunciar a cosas de su anterior vida que la hacían feliz, entre ellas, su trabajo. Como consecuencia, Eva percibe a su hijo como una amenaza o, mejor dicho, como la causa de un cambio de rumbo que no desea y se impacienta al ver que el instinto maternal que tanto estaba esperando después del parto, no llega.
Franklyn adopta la postura totalmente contraria. Su hijo se convierte en el centro de su vida - pero no renuncia él a su trabajo -, Eva pasa a un segundo plano y, aunque es consciente de que algo no va bien entre Eva y Kevin, se empeña en tener una familia feliz.
Eva irá viendo cosas en Kevin que la alarman. Pequeños comportamientos al principio que se van agravando con el paso del tiempo, y está completamente segura de que Kevin mantiene una lucha constante contra ella. Por otro lado, Franklyn siempre encuentra una explicación razonable que hace que Kevin se salga con la suya. A medida que Kevin - y la familia - crece, la tensión aumenta y la relación entre Eva y Franklyn se va deteriorando, hasta llegar al borde de la separación. Pero entonces, la matanza ocurre.
La autora muestra preocupación sobre estos hechos a través de Eva, quien se encuentra desconcertada con las repetidas matanzas cometidas por adolescentes en EE.UU. y hace una fuerte crítica a la sociedad americana, a su positivismo y orgullo, al fácil acceso a las armas y a la adicción por la morbosidad y las historias sórdidas - parte de nuestra sociedad también -.
En esta serie de misivas, Eva intenta averiguar qué es lo que le hizo a su hijo cometer algo así: ¿es perverso por naturaleza? ¿o es ella la culpable?
Personalmente, el libro se me hizo un poco pesado al principio. Me preguntaba cuál sería la cuestión a tratar en sí si ya la sinopsis desvela la atrocidad y no conseguía engancharme con su ritmo lento. Pero el interés avanza al ritmo de la lectura una vez que nos damos cuenta que la matanza no es lo importante, sino todo lo que hay detrás de ella, que son todas esas cosas sobre las que Eva reflexiona y se pregunta.
El final, aunque se intuye antes de tiempo, es de los que me gustan: inesperado y con preguntas en el aire.
"I thought at the time that I couldn't be horrified anymore, or wounded. I suppose that's a common conceit, that you've already been so damage that damage itself, in it's totality, makes you safe".
"Por entonces pensé que nunca más podría volver a horririzarme o a ser herida. Supongo que es una arrogancia común pensarlo, cuando has sufrido tanto daño que el daño en sí, en toda su totalidad, te hace estar a salvo."